Regreso Al Pasado

Hoy he soñado contigo.

De repente, y por un momento, todo volvía a ser como antes

todo estaba bien.

Juntas.

Cenando tranquilas,

como en los viejos tiempos.

Nada más importaba

solamente

tú y yo.

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La hostia venía después

cuando, al abrir los ojos,

me he dado cuenta de que no era verdad,

que solo había sido un sueño.

Que tú ya no estabas.

Al irte,

no solo has desaparecido tú,

sino también mi hogar

que, hasta ahora, se hallaba entre tus brazos.

Y ahora…

Ahora no sé dónde encontrarlo

ni cómo recuperarlo.

El vacío que siento en el pecho

y el nudo infinito en la garganta

se encargan de recordarme cada cinco minutos

la auténtica realidad:

que la vida es más difícil desde que no estás,

que el recuerdo de tu perfume se desvanece en mi cerebro por segundos,

que el día a día sin nadie que me llame idiota tan bien como lo hacías tú, no es lo mismo.

Las noches son más largas desde que no estás,

y el insomnio no perdona.

Son más frías desde que ya no eres tú quien me da las buenas noches

no son lo mismo desde que no eres tú la protagonista de mi historia.

Vuelve.

Lléname de nuevo la nariz de harina.

Súbeme los pantalones para que puedas meter la mano en mis bolsillos,

abrázame como solo tú eres capaz de hacerlo,

y haz que vuelva a olvidarme de todo cuando aparezcas en escena.

Déjame tu sudadera azul para que me sienta como una niña.

Acelérame el pulso,

y hazme temblar cuando me acaricies

para después calmarme con un beso.

Pero vuelve, por favor,

que el frío del invierno acecha

y no hay fogatas suficientes en el mundo para igualar el calor de tus abrazos.